En México el número 41 es usado en tono de broma o burla para referirse a los homosexuales o maricones. Fue en un noviembre de 1901 cuando la policía irrumpió arbitrariamente en una fiesta particular y detuvo a 42 hombres, de los cuales la mitad vestían de mujer. Fueron detenidos, vejados, exhibidos públicamente, se les impusieron trabajos forzados y exiliaron a la peor carcel de México a 41 de ellos. El número 42, se dice, era yerno del entonces presidente y dictador a perpetuidad, Porfirio Díaz.
Con el relativo avance de la tolerancia en México, el 41 ya no resulta tan ofensivo y se toma más bien a broma. Por ejemplo, varios de mis amigos me dicen que no diga mi edad y que diga de una vez que ya tengo 42. O que me cuide, porque estoy en el año crítico en que uno puede resbalar y caer.
Se dice que cualquier mexicano que se precie de ser homosexual se debe sentir orgulloso de este número y tiene presente el hecho histórico que lo originó.
Sin llegar a tanto (no me agradan ciertos radicalismos de los activistas gays), me siento contento de haber llegado a los 41 años el pasado 29 de octubre y desde aquí quiero agradecer infinitamente todas las muestras de cariño de todos ustedes, tanto en este espacio, como en el de fiestas de cumpleaños de BBM de mis amigos devezencuando y Alas del Mar, así como por supuesto en nuestra casa madre: La Hoguera. Gracias por todo. Se les quiere infinitamente.